Enviado por Marta Rivera a la Revista AR

Si los superpoderes existen, las mamás de hoy los tienen todos. Este mensaje va dirigido a esas ‘embrujadas’ del siglo XXI que pueden con todo lo que se les ponga por delante, como por arte de magia.
Y para las que lo serán pronto… ¡que tomen nota!

Quién es tu mamá?

Alguien le preguntó a un niño: “¿Quién es tu mamá?”. Y él contestó: “Mamá es esa señora que lleva en el bolso un pañuelo con mis mocos, un paquete de toallitas, un chupete y un pañal de emergencia, mamá es ese cohete tan rápido que va por casa disparado y que está en todas partes al mismo tiempo. Mamá es esa malabarista que pone lavadoras con el abrigo puesto mientras le abre la puerta al gato con la otra, sosteniendo el correo con la barbilla y apartándome del cubo de basura con el pie. También, es esa maga que puede hacer desaparecer lágrimas con un beso”.
“Mamás es esa forzuda capaz de coger en un solo brazo mis 15 kilos mientras, con el otro, empuja el carro de la compra. Mamá es esa campeona de atletismo capaz de llegar en décimas de segundo de cero a cien para evitar que me ‘descuerne’ por las escaleras. Es esa heroína que vence siempre a mis pesadillas con una caricia. Mamá es esa señora con el pelo de dos colores que dice que, en cuanto tenga un huequito, sólo otro, va a la pelu. Mamá es ese cuentacuentos que lee e inventa las historias más divertidas sólo para mí. Es esa chef capaz de hacerme una  cena riquísima con dos tonterías que quedaban en la nevera porque se le olvidó hacer la compra, aunque después ella se quede sin comer. Mamá es esa señora con bigote y trencitas en los pelos de las piernas que jura que en cuanto tenga un huequito, sólo otro, se depila”.
Mamá es ese médico que sabe, con sólo mirarme, si tengo fiebre, cuánta y lo que tiene que hacer para que baje. Es esa economista capaz de ponerse la ropa de hace cientos de años para que yo vaya bien guapo. Mamá es esa cantante que todas las noches entona la melodía más dulce mientras me acuna un ratito. Es esa sonámbula que puede levantarse dormida a las cuatro de la mañana, mirar si me he hecho pis, cambiar las sabanas, darme jarabe para la tos y un poco de agua, y todo, a oscuras y sin despertarse”.
“¿La ves? Mi mamá es aquella, la más guapa, la que sonríe”.