Enviado por Elena Ortiz a la Revista AR

Se dice: "Suegra y nuera, perro y gato no comen del mismo plato". Pero la leyenda oriental que cuenta este e-mail nos recuerda que las buenas formas siempre ayudan. La amabilidad y la paciencia abren las puertas más dificiles, sobre todo a largo plazo.

Buenas y malas hierbas

Hace mucho tiempo, una joven llamada Li se casó y fue a vivir con su marido y su suegra. De acuerdo con una antigua tradición china, la nuera tiene que cuidar a la suegra y obedecerla en todo. Pero para Li, resulta imposible. Las personalidades de ambas mujeres eran muy diferentes, y los reproches y las peleas se hicieron continuos.

Como llegó un punto en que Li no soportaba vivir con este tormento cotidiano, visitó a un sabio amigo de su padre, el señor Huang, en busca de consejo. él la escucho con atención y le dio un paquete de hierbas: "Usadas con cautela, en pequeñas dosis, provocan un gran cansancio. Cada dos días, condimentarás cpn ella la comida de tu suegra. Pero debes evitar sospechas, así que actua de manera muy amigable. No discutas con ella, al contrario, préstale ayuda para resolver sus problemas". Li contestó: "Haré todo lo que me pide".

Cada dos días, Li servía el condimento mágico en la comida de la anciana. Siempre recordaba el consejo del señor Huang, y controlaba su temperamento y obedecía sin rechistar.

En seis meses, la casa estaba completamente cambiada. Li había controlado su genio y empezaba a tratar a su suegra como a su propia madre. Desde que empezó su plan, no había tenido ni una discusión con ella, y las dos parecian más amables.

Li, arrepentida, no dudó en acudir de nuevo al señor Huang: "Por favor, ayúdeme otra vez, mi suegra se ha transformado en otra mujer y le he cogido mucho cariño. No puedo soportar la idea de que enferme por causa de las hierbas que le he dado". El señor Huang sonrió: "Señora Li, no tiene por qué preocuparse. estas hierbas son vitaminas. Pero en realidad no es su suegra la que ha cambiado. Es usted. Es tan sólo su cambio radical de actitud, y no mi magia, la que ha resuelto su problema".

En china existe un adagio que dice: "La persona que ama a los otros, también será amada". Recibimos de las otras personas lo que les damos. Recuerda: "Sembrar es opcional, pero la cosecha es obligatoria, por eso, ten cuidado con lo que siembras".