- Procurando que descanse el tiempo necesario.
- Aconsejándole una buena organización y planificación del tiempo de estudio.
- Ofreciéndole su colaboración, pero sin suplantar su trabajo.
- Creando un clima familiar afectivo y motivador.
- Elogiando sus éxitos y logros.
- Valorando positivamente sus esfuerzos y cualidades personales.
- Aceptando incondicionalmente sus limitaciones y defectos.
- No ocultando la información que debe conocer el Tutor por dolorosa que sea.
- Tratando a cada hijo según su modo de ser.
- No comparando nunca los éxitos o fracasos de un hijo con los éxitos o fracasos de otros miembros de la familia.
- Proponiéndoles metas y esfuerzos posibles y realistas.
- Preocupándose de él como persona, no como estudiante.
- Criticando o corrigiendo los fallos o errores de su hijo, pero nunca su persona.
- Evitando proyectar sobre su hijo sus propios temores y ansiedades.
- No queriendo compensar sus fracasos con los éxitos de su hijo.
- Teniendo una visión positiva de la vida, de las personas, de su hijo.
- Quitando yerro a los problemas personales o familiares.
- Orientándole, nunca imponiéndole, en cada una de las opciones que su hijo tendrá que hacer a lo largo de su vida académica.
- Respetando las decisiones que tome su hijo, después de haberlas consultado.
- Valorando ante, sobre y por encima de todo, la FELICIDAD DE SU HIJO.
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