El mundo en que vivimos está lleno de personas de todo tipo, con una variedad infinita de razas, culturas, costumbres, etc.., todas igualmente respetables y llenas de historia. Hay también componentes físicos que hacen aparentar diferencias entre los hombres, me refiero, concretamente, a los mal llamados defectos físicos.
Siempre hay alguien que sonríe cuando una persona cojea, no ve bien, es de estatura pequeña para su edad, etc.., o simplemente, cuando tartamudea, no es guapa, o es introvertida y tiene dificultades para entablar amistades.
A lo mejor, esa persona que se ríe de los demás, tiene algún motivo para ello y piensa que ella es perfecta, que no tiene ningún defecto, y que nunca lo va a tener, y no se da cuenta que eso es imposible. Puede creer también que no son amistades idóneas para tener porque son sujetos raros para compartir cosas con ellos, ya sea deporte, juego, o simplemente conversación.
Quizá no sepa que Beethoven era un músico sordo, que Cervantes perdió su mano izquierda en una batalla, que Stephen W. Hawking es un científico paralítico en la de su cuerpo, y que Stevie Gonder es un músico ciego, por poner varios ejemplos.
Si a estos niveles de grandeza se puede llegar con algún tipo de “falta física”, qué no se podría conseguir con otras actividades más asequibles.
Cuando la deficiencia física de los demás nos cause respeto en vez de risa, reconociéndolos por lo que son y no por lo que aparentan, estaremos ayudando a que la Sociedad sea más justa y participativa con todos, colaborando a que el aislamiento y la marginalidad no sean para ellos sino para los insolidarios e intolerantes.