¿Necesitas un coach?

Primero fueron los personal shoppers, luego los cool hubter, después los entrenadores personales... y hoy, la figura emergente es la del coach (en inglés, entrenador). Lo que comenzó como una figura limitada al mundo deportivo ha acabado convirtiéndose en un término imprescindible de eso que denominamos management; y lo que antes era mera intuición o criterio, hoy da lugar a cátedras universitarias y colecciones enteras de libros en editoriales especializadas, con éxitos de ventas como Quién se ha llevado mi queso o La buena suerte, Por no hablar de la cantidad de ex deportistas, ex políticos o profesores de escuelas de negocios que dan conferencias por todo el mundo explicando cómo lograr los objetivos propuestos, conseguir el éxito, ganar efectividad, trabajar en equipo, reforzar el liderazgo, aumentar la motivación...

Y es que se da la paradoja, (que diría Santiago Álvarez de Mon, uno de los maestros en estas lides) de que tenemos más másters, más idiomas, estamos más preparados que cualquiera de las generaciones anteriores y, sin embargo - se quejan los expertos en recursos humanos-, falta compromiso, creatividad, entusiasmo, dedicación... Porque hay algo que no enseñan en ningún MBA , y son el sentido común y el espíritu de sacrificio. Aquí es donde entra en acción el coach, que es un poco el psicólogo para la vida profesional; alguien que ayuda a confundidos ejecutivos a encontrar su camino, a relacionarse mejor con sus compañeros, subordinados o jefes, a reciclarse profesionalmente si se han quedado un poco atrás, a 'venderse' mejor o, simplemente, a encontrarse satisfechos y realizados con su trabajo.

Hay un aforismo que dice que el verdadero éxito o la felicidad profesional no es hacer lo que te gusta sino que te guste lo que haces. Un matiz fundamental, puesto que no todo el mundo tiene la suerte de ganarse la vida dedicándose a hobbies como leer, pintar, escuchar música, cocinar, ir al cine o de tiendas, montar en bici, practicar submarinismo... ¿o tú sí?