No merece la pena

Fue el mejor momento de su vida; tenía personalidad, un gran sentido del humor y algo de picardía. Su juventud desbordaba vitalidad y hacía posible superar cualquier contratiempo por difícil que pareciera. No muchas amistades, pero buenas.

Ten cuidado … ! Le decían

No pasa nada … ¡ Contestaba

Y tuvo que pasar…, casi sin darse cuenta. Poco a poco se fue deteriorando su vida, su mundo interior, y su juventud comenzó a marchitarse. Se aproximaba una visita siniestra a la que iba a acompañar para siempre.

¿Qué pasó?... Un cierto desencanto posiblemente, probar sensaciones nuevas, quizás; o a lo mejor, fue el temor a quedar marginado ante “algunas amistades”. Sin embargo, lo que realmente sucedió es que probó la droga y se perdió con ella, simplemente por no negarse a tiempo; por aceptar una sola vez, se envenenó y cayó en la trampa.

Esta catástrofe se podría haber evitado, luchando contra todas y cada una de las tentaciones que se presenten, anteponiendo el amor y la amistad como valores supremos, no como excusas de un engaño fatal, porque la vida es una gran aventura en la que merece la pena participar.

Colaboración de un padre de alumno en el periódico de S.A.M en Abril de 1994
Francisco García Vilches