Origenes de Sevilla

Hacia el año 1000 antes de Jesucristo, llegaron los primeros navegantes fenicios a España. Venían surcando el mar Mediterráneo desde tierras de Oriente y norte de África, en su empeño por aproximarse al Estrecho de Gibraltar por donde no osaban cruzar debido a los fuertes vientos y a las grandes corrientes marinas.

Solamente un navegante más atrevido que los otros, llamado Melkart, se decidió a pasar con su barco, desafiando todos los peligros descritos. Después de encontrar el Océano Atlántico, siguió costeando hasta que se encontró la desembocadura del Guadalquivir, y continuó remontando este río hasta llegar al lugar que hoy ocupa Sevilla, concretamente, la zona donde actualmente está la Plaza del Salvador y la Alfalfa.

La zona estaba dominada por indígenas llamados turdetanos de origen tartesio cuyo rey era Gerión y se dedicaban al comercio de pieles de toros bravos que en aquella época abundaban de forma salvaje por la zona.

Melkart consiguió someter a Gerión y, además de ocuparse del comercio de pieles, fundó la primera “fabrica” de cerámica fenicia del lugar al que llamó Hispalis “llanura junto a un río”.

Cuando Melkart murió, fue considerado como un héroe o más bien como un dios. Por eso se le llamó Heracles, Hércules entre los latinos, como el dios mitológico, con quien no hay que confundir.

Sevilla siempre ha reconocido a Hércules como fundador de la ciudad, por esto encontramos su estatua colocada en los lugares públicos como por ejemplo la de la Alameda que lleva su nombre o las del arquillo del Ayuntamiento.

Colaboración de un padre de alumno en el periódico de S.A.M en Marzo de 1997
Francisco García Vilches