Platero y yo Prosa de Juan Ramón Jimenez

Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.

Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas… Lo llamo dulcemente: << ¿Platero? >>, y viene a mi con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal…

Come cuando le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su cristalina gotita de miel…

Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña…; pero fuerte y seco por dentro, como piedra. Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpios y despaciosos, se quedan mirándolo:

-Tien’ acero…

Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.

JUAN RAMON JIMENEZ Nació en Moguer en 1881 y murió en San Juan de Puerto Rico en 1958

PLATERO Y YO Iniciada en 1907 y publicada en 1914

Colaboración de un alumno en el periódico de S.A.M en Abril de 1994
Jesús García García (3º de Primaria)