Abre los ojos a la suerte

La suerte puede entrarte por las pupilas, pero debes abrir los ojos. Lo más fácil es lo más difícil. Si no estás atento a las nuevas oportunidades, si no te sientes realizado, si no crees en el buen funcionamiento de tus sueños, tus pupilas nunca se van a dilatar lo suficiente.

Con los ojos bien abiertos, cualquier cosa que suceda, aunque puede parecer fruto de la ‘mala suerte’, puede ser tu mejor ‘suerte’ (y digo cualquier cosa, aunque es una expresión que no utilizo casi nunca). La existencia de la llamada ‘mala suerte’ acostumbra a ser una genialidad, aunque muy pocos lo sepan. Si lo supieran, la aparente mala suerte dejaría de ser una oportunidad.

Puedes perderte en el desierto y pensar que has tenido ‘mala suerte’, pero piensa que estás solo en medio de un océano de arena en el que puedes encontrar un oasis gigantesco, ser el primero en llegar a él y montar un negocio con los mejores dromedarios del lugar. Si todo eso sucede, lo habrás conseguido, lo que te había parecido ‘mala suerte’ habrá resultado ser una gran oportunidad. Y nadie lo sabía, excepto tú. Si todo el mundo supiera que ni tan sólo la ‘mala suerte’ existe, el desierto estará lleno de gente buscando oasis, y no quedaría ni un solo dromedario.

Del libro Las 13 claves de la suerte, de Xavier Gabriel (Ed.Now Books)