Es cosa de padres

Me escribe un amigo diciendo que está muy preocupado por el futuro de sus nietos y el mundo que les va a dejar. Que no sabe qué hacer: si dejarles herencia para que estudien o gastarse el dinero con su mujer y que “Dios les coja confesados”.

[…] Mis padres fueron un modelo para mí. Se preocuparon mucho por mis cosas, me animaron a estudiar fuera de casa […], se volcaron para que fuese feliz. Y me exigieron mucho. Pero ¿qué mundo me dejaron? La Guerra Civil Española, la Segunda Guerra Mundial, las dos bombas atómicas, Corea, Vietnam. Los Balcanes, Afganistán, Irak, Internet, la globalización.

[…] ¿Creéis que mis padres pensaban en el mundo que iban a dejar? ¡Si no se lo podían imaginar! Lo que sí hicieron fue intentar darme una muy buna formación. Si no la adquirir, fue culpa mía.

Eso es lo que yo quiero dejar a mis hijos […]. A mí me gustaría que fuesen gente responsable, sana, de mirada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros, leales. Lo que por ahí se llama ’buena gente’. […]

Por tanto, menos preocuparse por lo hijos y más darle una buena formación: que sepan distinguir el bien del mal, que no digan que todo vale, que piensen en los demás, que sean generosos. […]

Al acabar una conferencia, se me acerco una señora y me dijo que le preocupaba mucho más qué hijos íbamos a dejar a este mundo. Le sobraba sabiduría. Es fácil pensar en el mundo, en lo mal que está todo, pero mientras los padres no se den cuenta de que los hijos son cosa suya, no arreglaremos las cosas.

[…] Ya sé que todos tienen mucho trabajo, que las cosas ya no son como antes, que el padre y la madre llegan cansados a casa, que mientras llegan, los hijos ven la telebasura, que lo de la libertad es lo que se lleva, que la autoridad de los padres es cosa del siglo pasado. Lo sé todo. Todo. Pero no vaya a ser que como lo sabemos todo, no hagamos nada.

Extraído de ¿Qué mundo le vamos a dejar a nuestros nietos? Me importa muy poco, de Leopoldo Abadía (cotizalia.com)