Estrena cada minuto

Empezar el año como si fuera cualquier cosa es una enorme torpeza. Un año de vida es un regalo demasiado grande para echarlo a perder. ¿Alguna vez has sentido, en lo más hondo de tu ser, ese deseo profundo y enorme de mejorar o de cambiar? Si es así, no dejes que el deseo se escape, porque no todos los días lo sentirás de ese modo. Si hoy notas esa llamada de querer ser otra, de ser distinta, atrápala con fuerza y hazla realidad, porque si nos detenemos por un momento y hacemos una pausa para mirar hacia atrás podremos darnos cuenta de que nos encontramos donde nos han traído nuestras acciones pasadas.

El ser humano construye su futuro día a día mediante sus pensamientos, palabras y acciones, y éstas, a su vez, van modelando el presente. Con el paso del tiempo, nuestra voluntad se fortalece y nos sentimos cada vez más capaces de lograr lo que nos hemos propuesto. Y no sólo eso, sino

que también sentimos la necesidad de hacer algo por aquellos que hasta ahora no se han propuesto lograrlos por sí mismos, y comienza entonces un proceso de crecimiento en el cual nos volvemos conscientes de que somos dueños de nuestros destinos y capaces de utilizar nuestra voluntad en formas cada vez más creativas y constructivas.

A pesar de ese momento vemos los obstáculos sólo como situaciones que debemos superar y de las cuales podemos aprender. La alegría se abre paso  entre los lamentos, el contento vence a la tristeza; y la esperanza, la seguridad y la confianza reinan donde antes se encontraba el temor. Siempre podemos escoger entre vivir el mundo como lo conocemos o convertido en el que deseamos. La decisión final es de cada uno según decida ejercitar su libre albedrío. Que este nuevo año nos brinde paz, amor, salud, armonía, unión, felicidad y prosperidad.

De paso por la vida, de Mariano de Blas