La vida al revés

Pienso que la forma en que la vida fluye está mal. Debería ser al revés: uno tendría que morir primero para acabar con ese miedo de una vez.
Luego, vivir en un asilo de ancianos hasta que te saquen cuando ya no eres tan viejo como para estar ahí.
Entonces, empiezas a trabajar y trabajar durante cuarenta años hasta que eres lo suficientemente joven para disfrutar de tu jubilación.
Después, fiestas, parrandas, alcohol, diversión, amantes, novios, novias… todo hasta que estés listo para entrar en Secundaria.
Más tarde, pasas a Primaria y eres un niño que pasa el tiempo jugando sin responsabilidades de ningún tipo…
Y, al final, te conviertes en un bebé y llegas al vientre materno, y ahí pasas los mejores últimos nueve meses de tu vida; flotando en un líquido tibio hasta que tu vida se apaga en un tremendo orgasmo.

Enviado por María a la revista AR