Siguiendo la Luz

SIGUIENDO LA LUZUn chico como cualquier otro, solo tenia 18 años, guapo, simpático y amable, ese era el comentario que todos hacían al entrar en su habitación, nadie podía imaginar como había llegado a ese estado.

Este se encontraba tumbado en la cama de un hospital, inerte, sin movilidad alguna, ni siquiera parpadeaba, vestido con un pijama blanco, estaba tan delgado que casi no abultaba y se mezclaba con las sábanas blancas.

De pronto abrió los ojos, pero a pesar de su esfuerzo no veía nada, estaba todo negro, se refregó los ojos y volvió a mirar pero nada seguía todo igual de negro, intentó con los oídos percibir algún ruido para ver si estaba sólo o había alguien junto a él y todo estaba en silencio.

Se incorporó como pudo ya que se encontraba muy débil, y tocando la cama y después la pared llega hasta una puerta, él pensó “si hay alguien en esta habitación nadie me ha impedido levantarme”, y abrió la puerta, entonces la oscuridad empezó a debilitarse un poco hasta percibir que estaba en un pasillo estrecho y tan largo, que no apreciaba dónde estaba el final.

Empezó a andar con la esperanza de encontrar a alguien que le explicase donde estaba y qué había ocurrido  según andaba, percibió que al final del pasillo había una luz.

Según andaba, la luz se hacía más fuerte y el pasillo se ensanchaba, pero seguía sin ver qué había al final. Sé empezó a poner nervioso y apresuró un poco más el paso, y de pronto el pasillo desapareció, y se vio en medio de una oscuridad inmensa, sin saber por dónde seguir, lo único que le quedaba era ir en dirección a la luz la cual seguía delante de él.

No sabía por dónde pisaba, pues le daba la sensación de estar flotando y no tener nada bajo sus pies, hasta que de pronto, al mirar para abajo, vio como un punto luminoso se movía, y de vez en cuando se paraba como si lo estuviese mirando fijamente y quisiera decirle algo.

Tranquilizándose un poco, vio como el punto luminoso empezó a moverse muy despacio y siempre en línea recta; de vez en cuando se paraba y después reanudaba su camino, entonces pensó “no pierdo nada con seguirlo, no tengo nada que me indique qué camino seguir, y creo que se dirige hacia la luz que desde un principio visualicé”.

Según andaba, le pareció estar mas cerca, pues empezó a escuchar como susurro que en la oscuridad percibía cada vez mas cerca y más fuertes, pero sin llegar a entender lo que le decían.

Llegó un momento que no podía soportar las voces, y gritó desesperado ¡callaros! Y de pronto todo se quedó en silencio, sólo el punto luminoso seguía junto a él.

Entonces volvió a buscar la Luz que había tenido siempre frente a él, y vio como el punto luminoso empezó a deslizarse más rápido haciendo que el chico tuviese que correr para no perderle.

De pronto perdió pie y se cayó al suelo y cuando se incorporó, vio que estaba rodeado de gente, todos lo miraban fijamente, pero en sus miradas había tristeza.

Había mujeres, hombres, niños y de todas las edades. De pronto un niño tan pequeño que casi no sabia hablar le preguntó ¿Dónde esta mi mamá? Al querer abrazarlo para consolarlo, se dio cuenta que estaba frío como el mármol y que en su mirada había un vacío aterrador.

Se acercó a una mujer y le preguntó ¿Qué es esto? ¿Por qué vais todos vestidos de blanco? No tuvo respuesta.

Una anciana se le acercó y le dijo, ”no sabemos dónde estamos, pero si lo que hemos dejado atrás por seguir esta Luz y ahora no encontramos el camino para volver”.

Este es el lugar intermedio entre la vida y la muerte, de donde sólo tú puedes salir con fuerza, voluntad y amor a los que te han querido ayudar y tú no les escuchaste.

Tienes que seguir el punto luminoso antes de que se apague y tu cuerpo se enfríe, encontrándote perdido como nosotros en este sitio, dejando siempre la Luz a tu espalda, no dejes de correr, verás tu sombra reflejada delante de ti, no te pares ni mires hacia detrás.

De esta forma llegarás a la puerta donde saliste y tendrás otra oportunidad de ser feliz y cambiar tu destino.

De pronto se escuchó una voz que decía ¡llamar al doctor! La máquina ha empezado a funcionar, tienen todos que salir de la habitación.

Cuando el doctor llegó no podía creérselo lo daba ya por muerto al llevar varios días en coma, lo examinó todo y vio que todo funcionaba bien.

Salió y se dirigió a los padres y les dijo “su hijo acaba de nacer”,” espero que esta vez sepa elegir el camino correcto y no el que le llevó a esto”. Gracias doctor, le contestaron.

Cuando entraron en la habitación, lo primero que le dijo su hijo fue, “no me gusta donde he estado y quiero hacer todo lo posible por no volver y ayudar a la gente que como yo, no sabe que camino seguir cuando estás ante la droga y el alcohol”.

P.D.  Espero os guste y no lleguéis a esto, y los que ya están puedan retroceder antes de ser tarde.

Capry  (escribo por afición, lo que siento o sueño, como es esta historia simplemente un sueño que tuve)

Escrito el 8 de junio del 2003

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