El príncipe y la sumisa. Como cambio su vida. 3ª parte

Todo parecía que iba sobre ruedas. Durante unos años estuvo muy bien. Este hombre seguía sin gustarle a su hermana, pero si ella era feliz y estaba durante el día acompañada, eso le bastaba.

Un día la llamo ella, diciendo que tenía un bultito en el pecho, que había ido al medico y le mandaron una mamografía. Que tenía cita en el Hospital para ver el tema. La hermana la acompaño, y allí le diagnosticaron Cáncer de mama.

Era poco lo que hasta la fecha había sufrido, primero con su marido, después con su Fibromialgia, luego con el Trastorno Bipolar, y vuelto a vivir con un hombre egoísta y oscuro en todo. Ahora el Cáncer.

La hermana se hizo cargo otra vez de ella, para apoyarla, darle ánimo, y acompañarla al médico. Esta vez, su tío llevaba un tiempo malo desde que le operaron de próstata. No levantaba cabeza y se le fue complicando, ingresándolo varias veces para intervenirlo, por lo que no les pudo echar una mano esta vez.

Le asignaron un médico de Oncología, el cual llevaría todo el tratamiento del cáncer de mama, que le habían diagnosticado.

La hermana le acompaño a la primera consulta, donde el Oncólogo le dijo que tenía un tumor de x centímetros, y que le recomendaba ponerse quimioterapia, para reducirlo al máximo, y luego operarla. Le ofreció un tratamiento nuevo, que estaba siendo muy efectivo, pero que todavía estaba de prueba, que si quería podían ponérselo si daba su consentimiento.

Como no sabía lo que era mejor, se lo pensó y firmó la autorización.

Así empezó el peregrinar durante 6 meses al hospital, todas las semanas para que le hicieran pruebas de analítica, corazón, mamografía, etc. Después entraba a la sala, donde se sentaba en un sillón, y le ponían, por vena, el tratamiento nuevo de quimioterapia.

Como siempre, el hermano, aunque la hermana lo llamo para decírselo, no porque ella quisiera, sino porque el marido se lo recomendó, se desentendió de todo. Seguían sin verse desde el día que la visito en Psiquiatría, que ya hacia algunos años.

Así que otra vez la hermana, se tuvo que hacer cargo de ella, y acompañarle y darle ánimos durante el tiempo que durase esto.

Al principio, ella se lo tomó muy bien. Fueron a una tienda y se compró una peluca, ya que, con la quimio, se le empezó a caer el pelo hasta quedarse como una bola de billar. Pero ella lo llevaba bien, se dejaba llevar, sumisa a todo lo que el médico le decía, lavarse con un jabón especial, cuidarse los pies y uñas, perdió algo de peso.

La quimio, la fue debilitando por día, le salían llagas en la boca, tenía problemas de colon irritable, y cada vez estaba más cansada, débil y sin ganas de nada, pero aun así como el amigo seguía yendo a casa a comer, dormir la siesta y se marchaba, lo sobrellevaba, aunque nunca la acompaño al hospital. Empezó a no tener ganas de comer, ni fuerza para hacer la comida y las cosas de la casa, y el era un inútil que no le ayudaba en nada, al contrario, le reprochaba, que no le hacía la comida como le gustaba.

Un día llamo a su hermana para decirle que no estaba bien, fue a su casa, y vio que efectivamente estaba muy débil, pero su problema no era ella, sino que no podía hacerle la comida al amigo. Ese día la hermana la hizo, y le dijo – ves tu hermana ha hecho dos platos y no como tú que, últimamente, no te esmeras en nada.

La hermana hablo con ella, y le dijo que lo primero era ella, y que ese hombre no le aportaba nada, ni le ayudaba a llevar la enfermedad sino, al contrario, la hacia sentir culpable por no poder atenderlo bien. Le propuso irse con ella a su casa hasta que estuviese mejor.

Estuvo los dos últimos meses de quimio, y la hermana le ayudaba, a bañarse, a vestirse, a comer, porque le temblaban las manos, hasta que un día, se levanto con fiebre, y el medico le había dicho que, en ese caso, se fuese a urgencia.

Se fueron a urgencia, y enseguida le hicieron algunas pruebas, como analítica, etc. La subieron a planta, estaba muy baja las defensas, y no se podía ni mantener de pie, le tuvieron incluso que poner trasfusión de sangre, y estuvo un par de semanas, ingresada, sin poderse levantarse para nada.

Por las noches se quedaba sola, y a primera hora iba la hermana, le daba de desayunar, mojándole las magdalenas en el café porque no podía ni masticar. Se quedaba con ella, para ver el médico lo que decía, y le daba de almorzar, merendar, cambiaba los pañales, etc. Así durante varios días Algunas tardes, el marido de la hermana, se quedaba en el hospital con ella, para que fuese a casa a descansar. El amigo fue algunos días a la hora de comer y poco más.

Avisó a su hermano para que supiera que estaba ingresada, y él llamaba a la hermana pequeña para ver cómo estaba. Un día llamó a las diez de la noche, para reprocharle que ella tenía la culpa de que su hermana estuviese ingresada tan mal, por dejarla firmar para ponerle quimioterapia. El, seguro que hubiera hecho lo mismo que con su madre, que durante más de tres años la dejó padecer en un sofá, día y noche, de dolor, gritando, hasta que dejo de comer durante unos quince días y se murió. No le dio ni las pastillas que el médico le recomendó para calmarla, no la llevó al médico nunca, ni al hospital al final cuando dejo de comer. La dejó morir sin más.

La hermana pequeña, le dijo que estaba cansada, sentada viendo una película, y que por favor no la volviese a llamar nunca más que, si quería saber algo de su otra hermana, que la llamase a ella, a su casa o al hospital. Estaba cansada de ser la que se movía, preocupaba y luego para que el la llamase para echarle la culpa de todo. De esta forma termino la relación con su hermano.

La hermana estuvo pensándolo bien, que su hermana no podía vivir sola, y menos en esas condiciones, y estar en su casa teniendo un piso y vivir a su gusto, era lo mejor para ella, así que empezó a preguntar de alguien para quedarse interna cuidando de ella. Una amiga le recomendó a una mujer, habló con ella, y estuvo conforme irse as vivir a su casa, así que habló con su hermana y se lo propuso, y como se encontraba tan mal, aceptó conocerla, y empezó a quedarse las tardes con ella en el hospital, hasta la cena; así se conocieron, y cuando se recuperó y le dieron el alta, se fue a instalar a su casa.

Pero había un problema, el amigo, seguía yendo a su casa a comer, y cuando algo no le gustaba o llegaba y no estaba la comida echa, la hermana delante de él se lo reprochaba a la mujer que vivía con ella, y él mismo la trataba muy mal.

Un día volvieron a llamarla que se encontraba mal y volvía a tener fiebre. La hermana se fue corriendo para llevarla a urgencia, y cuando llegó, estaba preocupada porque no había comprado tomate para hacerle gazpacho a su amigo. Esto hizo que su hermana, tuviese, más tarde, que tomar medidas.

Volvieron a subirla a planta, en aislamiento. Había que entrar en la habitación con mascarillas, ya que estaba tan baja de defensas, que cualquier contagio podía ser fatal, así que todos usábamos mascarillas, incluso los del hospital, menos su amigo que decía que le molestaba; así que le dije que, si le molestaba, que no fuese.

Llorando le dijo a su hermana, que si no lo hacia por ella, que lo hiciese por su hermana, que ese hombre no le venia bien, que tenia que decirle que no fuese más por casa, a comer, dormir y poco más. También, el marido de la hermana hablo con el amigo, y le dijo que la dejara en paz, y cuando volvió a casa, así fue, solo iba de vez en cuando a merendar y se iba, pero de tarde en tarde.

En uno de estos ingresos en el hospital, se le subió el sodio, y le quitaron una pastilla que Salud Mental le mando tomar por las noches. Desde entonces, no ha vuelto a tomarla, se ve que, al estar acompañada día y noche con la mujer, la tranquilizaba y dormía muy bien. Hay veces que una buena compañía, es mejor que los medicamentos.

Termino el tratamiento de quimioterapia, y le hicieron las pruebas de anestesia para operarla. La ingresaron por la tarde, y al mediodía siguiente la operaron. Le hicieron la prueba para ver que ganglios estaban mal en la axila, y no salían cuales eran, por lo cual, le tuvieron que hacer una buena limpieza para no dejar ninguno de los que estaban mal.

La operación salió bien, y el bulto había menguado bastante. Le dieron pronto el alta. Le mandaron unos días de radiofrecuencia en el pecho operado y una pastilla durante 5 años.

Actualmente sigue viviendo con la mujer interna, y tanto físicamente como mentalmente sigue muy bien. Ahora va a cumplirse cinco años, y dejara de tomar la pastilla de los cinco años, siendo las revisiones más tardías.

Eso le da mucha alegría y tranquilidad a la hermana pequeña. Al hermano siguen sin verlo, ya han perdido la cuenta de los años. De vez en cuando ella lo llama y si no coge el teléfono, luego la llama, pero solo tienen conversaciones de besugo.

La hermana espera, que siga así por mucho tiempo de salud y acompañada, pues ella con sus crisis de Fibromialgia y familiares, no anda bien de salud, física y mentalmente, y no sabe si podría pasar por otra situación como esta, aunque cuando llegan se sacan fuerzas de donde no hay.

Dicen que el cáncer de mama suele dar la cara a los 15 años, más o menos, en los huesos, así que la hermana reza todos los días, para que no suceda.

Fin al día de hoy.

2 comentarios en “El príncipe y la sumisa. Como cambio su vida. 3ª parte

  1. Al final, después de tantos malos momentos y decepciones, se ve la luz y la esperanza. Ojalá siga adelante la vida de estas protagonistas, sin más angustias, que al final de la montaña rusa que es la vida, haya como un pequeño tobogán llevadero y simpático, con altos y bajos, pero sin sobresaltos

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