Cuando Mike Oldfield se inspiró en este libro para crear una de sus mejores obras musicales “The Songs of Distant Earth”, algo debía tener más allá de la propia lectura, que entusiasmó a lectores poco familiarizados con la ciencia ficción.
La Tierra está agonizando como planeta vivo. Estamos en el año 3000, pero algunos cientos de años antes, ya se vislumbra que su fin está cercano. Tanto es así, que los “sabios” de entonces, comienzan a tomarse en serio los indicios que les llegan, y que cada vez son más convincentes. En sus estudios, llegan a demostrar que la causa principal está en El Sol. Todos los cálculos lo demuestran. El Astro Rey está enfermo.
Años atrás, con el peso de la desesperación, surgió un proyecto, un tanto desordenado, de enviar sondas sembradoras con patrones genéticos a otras galaxias, con la esperanza de que desarrollaran una vida que fuera continuación a la de la Tierra. Estos viajes, no habían tenido ninguna respuesta de los robots que los dirigían, por lo que se agotaba toda esperanza de continuidad. Había sido un fracaso.
Sin embargo, en esta guerra contra el tiempo, surge el gran invento… el motor cuántico, capaz de transportar cientos de miles de toneladas a través del espacio.
En su largo viaje, con un millón de elegidos a bordo en estado de hibernación, junto con los tesoros más significativos de la Tierra, la Magallanes llegó a Thalassa para ser reparada. Un oasis en el inmenso vacío de las galaxias. Un espejismo real entre tantos recuerdos casi desaparecidos.
Una de esas olvidadas sondas había tenido éxito, y lograba desarrollar una civilización idílica en un remoto lugar. Un paraíso, capaz de tentar a una tripulación dormida durante décadas en su camino hacia Sagan 2, su destino y dudoso final.
Un relato sorprendente, para una lectura apasionante, en la que se mezcla la frialdad de la tecnología más sofisticada, con la más sutil de las relaciones humanas. Los recuerdos de una Tierra lejana con el futuro esperanzador de la civilización encontrada. Y la música, para acercar y fundir estos dos extremos. Son los “Cánticos de la lejana Tierra”
Y lo mejor … la unión de Arthur C. Clarke con Mike Olfield … la palabra y la música.
Por Francisco García Vilches. Economista, le gusta la literatura y la música.
MIKKE OLLDFIELD – The Songs F Distant Earth (1994) Full Album