La sentencia destaca que la mujer no podía realizar su trabajo «con la necesaria regularidad y eficacia exigible en un mercado laboral competitivo»
El Juzgado de lo Social número 8 de Barcelona ha estimado la demanda presentada por una enfermera de 65 años contra la decisión del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) de denegarle su petición de incapacidad solicitada administrativamente. La sentencia considera que la recurrente tiene derecho a recibir una pensión tras reconocerle una incapacidad permanente absoluta por sufrir fatiga crónica y fibromialgia ya que estas enfermedades le impiden «llevar a cabo cualquier tipo de trabajo con la necesaria regularidad y eficacia exigible en un mercado laboral competitivo». Sigue leyendo