La directora tarraconense se adentra en la película Sonata para violoncheloen las dificultades de la enfermedad, con la música como hilo conductor.
Julia, una mujer atractiva, elegante y culta, está dispuesta a disfrutar de la vida a su manera, entregada en cuerpo y alma a la música. Reconocida violonchelista de trayectoria internacional, un hecho inesperado le obligará a replantear su vida a largo plazo. Tras años de esporádicos dolores en diferentes partes del cuerpo, Julia recibe definitivamente un diagnóstico: fibromialgia. Sigue leyendo